Tuesday, April 14, 2020

Desly Angulo - N° 8




GUERRA INTERNA

Soy un montón de colores clasificados por intensidad y dolor
Si alguna vez me dieron un beso, guardado está,
si vi una luz, una flor, un quejido, lo encerré en globos para fiestas ,
Algunos revientan en plenos besos y coitos,
Algunos se escapan como gallinazos en el almuerzo para reservarse una noche en un balcón .
Soy un montón de colores ahogándose en mi garganta y haciendo fiesta en mi voz.


ME GUSTA LA OSCURIDAD

Me gusta la oscuridad porque cura silencios
Silencios que las palabras no pudieron contar.
Crecí entre uñas despedazadas por el piso
tratando de encontrar sueños adormecidos en pasos
y cuando aparecían-otra vez, como tú-los revelaba a tragármelos,

ácidos, duros, inexplicables, eran míos, eras mío, dentro de mí creyendo,
-una vez más-en el amor, en la brevedad de un sorbo,

creciendo en el fuego que desborda los sueños de un loco de la Colifata

 ¿y si el corazón me delata?¿qué haré ?¿qué no diré?...

me gusta la oscuridad porque no cura al amor. Lo enferma.






LIMPIATE

Límpiate            los ojos
            La piel
            La lengua
            Los recuerdos
            Las vidas
 dentro de unas horas amanecerá,
porque siempre amanece.


HOMBRE PÁJARO

Es mentira, papá, que los pájaros no cantan en el Centro de Lima, lo que si es cierto es que no hay muchos. Hay días que aparecen como el recuerdo de toda tu tristeza regalada.
Cuando tenía apenas 6 años, podía fijarme en tus ojos, una mezcla de pérdida y  olor de huevo frito que se terminaba de hacer en la cocina, acompañadas con esa, la inocencia preguntándose qué era el tiempo, el aburrimiento y el ser grande.
Luego  sucedió que  el cuestionamiento se hizo costumbre  y pasó a ser  un cuerpo, siempre a mi costado que se pudre conmigo.
Lo que más recuerdo en ti en días como hoy, es todo lo que no se dijo, lo que más aprendí de ti fueron los silencios y esas ganas siempre de no llorar, te recuerdo como a un muerto que uno no extraña, pero que respiro, que  me mantiene sostenida en dos patas y en un codo apoyando mi cabeza.
 No podría decir qué es exactamente en qué pienso cuando digo papá, pero sé que es mentira que los pájaros no cantan aquí, yo los he visto tomar agua de los charcos e intoxicarse con chicles.
Si me detengo a pensarte, a ti y a tus ojos de pájaros solo me ocurre decir, que estos pájaros si aprendieron a volar y a no morirse en la ciudad.


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