ENTREVISTA
A MACV CHÁVEZ
PARTE
I: Partituras Para Principiantes Como Yo
1. ¿Qué posibilidades surgen a partir
del confinamiento del escritor?
La más importante de todas -algo
que le falta a la humanidad en estos tiempos-: la de encontrarse consigo mismo,
porque ese encuentro te permite saberte como ser individual y memoria colectiva
o simplemente como un miserable hambriento que va buscando alimentar o
satisfacer su falso ser con lo que le ofrece la vida diaria o sistemática, en
un mundo ausente de sí mismo. Y esto es algo que podemos contemplar hoy más que
nunca, debido a que la gente -en este tiempo de aislamiento social- es incapaz
de quedarse en su casa, con su familia -la de sangre o la de convivencia- o su
soledad; y por eso contemplamos todas las estupideces que comparten desde la
televisión hasta las redes sociales, logrando mostrar una vez más que el hombre
(la gente) no ha aprendido ser hombre (persona), porque simplemente sigue
siendo un animal doméstico, un ser incapaz de comprender la realidad para
adecuarse a ella brindando lo mejor de sí, buscando ese bien social y común que
nos permite vivir en libertad de conciencia, eliminando la corrupción y
deformación del hombre, dos cosas que nos coloca en un sistema de vida
mediocre, donde cada quien lucha por salvarse a sí mismo, sin pensar en el otro
como ese ser individual que es y que pertenece a un todo (la humanidad), cosa
que nos serviría para dejarnos de obras de caridad que no son más que la peste
de la supervivencia y sobrevivencia, donde el que tiene poder supervive del
trabajo de los otros y el que no sobrevive del trabajo que hace para otro, dos
cosas que se ha dado a lo largo de la historia sin perder continuidad, debido a
que seguimos siendo pobres de ser, simplemente porque no nos hemos permitido comprender
el valor que tiene cada ser, ese ser que -según Miguel de Unamuno- “vale más
que toda la humanidad, aunque de nada sirve que todos sacrifiquen a un solo
ser, salvo que todos se sacrifiquen a sí mismos”, algo que hasta el día de hoy
somos incapaces de comprender y por eso andamos viendo y contemplando tanta
miseria en el mundo, tanta miseria como las obras de caridad que solo
contribuyen a una necesidad de sentirse buenos, no de serlo en sí, porque no
todo lo que parece es, simplemente porque las obras de caridad solo alivian un
estado momentáneo de la necesidad constante del ser, un momento que no
soluciona nada, tanto que diría que la caridad se parece a una marcha, donde la
gente sale a gritar a viva voz “no a esto y a lo otro” hasta que “logra su
objetivo” escandalosamente, porque en estos tiempo no lo llamaría
inteligentemente, simplemente porque no se hace seguimiento postlogro, es
decir, no existe un después, porque ese después termina sacando a luz que lo revocado por una marcha es un
Talk Show de Laura Bozo, porque se dio de todas maneras, porque basta un
escándalo político o de cortina de humo para aprobar lo que el pueblo marchante
no quiere, cosa que se da también debido a que esa gente que suele salir a las
marchas -en su vida diaria- sigue siendo más de lo mismo, no todos pero la
mayoría: personajes que se dejan atrapar por el puto sistema que te vuelve un
ser de doble moral, debido a que necesitamos “vivir”, aunque yo lo llamo
claramente sobrevivir, porque necesitamos comer y darnos nuestros gustos
personales, alcanzar la vida digna que nos vende el día a día, porque ser
radical es encontrar la muerte en el camino diario, una muerte lenta y dura,
dolorosa, porque se te cierran muchas puertas de “desarrollo”, debido a que
tener conciencia implica no aceptar nada que tenga un fondo de doble moral,
algo que finalmente te carga de impotencia hasta que te produce el suficiente
dolor como para empezar a tomar el silencio como la mejor forma de protesta,
aunque en sí es un suicidio voluntariamente cansado, porque se habla y grita a
mentes sordas, incapaces de comprender de que por esos actos o gestos de doble
moral las sociedades todavía siguen siendo pobres de ser, incapaces de
encontrarse consigo mismos, hasta el punto que te quedas callado para poder
seguir viviendo “dignamente”, según cómo el sistema de vida reinante te lo dice,
hasta que finalmente te vuelves en un simple reproductor del “vivir” que es
digno de un animal doméstico, porque naces, creces, te “desarrollas”, te
reproduces o no y mueres.
Por ello, debo decir que este
confinamiento nos permite conversar con la humanidad desde uno mismo, logrando
comprender mejor el ser, ese ser que es individual y universal, y esto es algo
que he podido notar gracias a algunos intelectuales que lo han comprendido en
su ser y hacer, intelectuales a los que he leído y tengo cierta admiración, intelectuales
como Sócrates, Ortega, Sartre, Unamuno, Marañón, Heraud, Sabines, entre otros, quienes
lucharon por el bien común, logrando comprender que cada ser individual tiene
determinada característica o cualidad personal, y por eso fueron capaces de cuestionar,
analizar, observar, contemplar y más actos humanos para lograr comprender mejor
a la humanidad, buscando el bien común de todos, logrando aportar desde sus
pensamientos una reflexión humana tan profunda que lograron pasar a la
historia. Por eso puedo decir que es en el confinamiento donde el escritor o
pensador o persona es capaz de plantear y replantear la sociedad, y de este
modo es cómo puede realizar una gran obra, desde una de ciencia ficción hasta una
de realidad nacional.
También debo confesar que esta
conversación con uno mismo para comprender a la humanidad se nutre con la
lectura de diversos autores, esos mismos que pueden embellecer el ser como
también deformarlo, porque cada autor es capaz de plasmar cada una de esas
ideas que le preocupan socioculturalmente para un fin determinado, un fin que
podría ser consciente o inconscientemente, aunque en mayoría de los escritores
es más inconsciente que consciente, y digo esto debido a que he podido notar
que existe una sociedad de escritores bastante enferma o trastornada, debido a
que existen muchos traumas personales que no logran superar, simplemente porque
en mayoría no tienen conocimiento del trauma, porque muchas veces la escritura
más que el desarrollo de un talento es un refugio para no escucharse a sí
mismo, por ende, vamos a observar que las obras de estos tiempos se han
reducido a vacías y paupérrimas propuestas, tanto que solo sirven para escapar
de la realidad de su propia vida y también de la realidad sociocultural en la
que se encuentran, simplemente porque hay muchos que dicen que un escritor no
tiene responsabilidad social, cosa que yo pienso que sí, porque el escritor es quien
alimenta a las mentes que lo leen, por ende, no escriben para sí mismos, sino
para los demás, por más que lo más importante de la obra es que a él le guste
lo que ha hecho. Además, el escritor o pensador -como toda persona- tiene
responsabilidad social simplemente porque él pertenece y representa a la
humanidad en general, por ende, sus acciones o pensamientos contribuyen a la
formación, deformación o reformación del hombre, siendo este último lo que
necesitamos en estos tiempos, porque son tiempos para reformarnos, para
aprender a ser personas y dejar de ser animales domésticos, para embellecer
realmente el ser, dando lo mejor de uno. Pero bueno, finalmente quiero decir
que, cada quien es libre de hacer lo que quiere y puede, porque es su vida, por
más que crea que es tiempo que dejemos de dibujar al individualismo como ser
yoísta, ya que -como dice Unamundo- “no hay nada más universal que lo
individual”, debido a que todos somos la humanidad, siendo ese el fin principal
del confinamiento del escritor: sentirse universal desde su ser.
2. ¿Cuál es el poema que no debe
publicarse?
Aquel que no dice ni refleja nada,
porque ya tenemos suficiente vacío en el mundo y en los cerebros como para
seguir alimentando a la sociedad con nada, puesto que la poesía en sí es una
reflexión profunda del ser que busca dar a conocer la belleza del ser, embelleciendo
las cosas a través de las palabras que transforman los significados normales en
algo extraordinario, razón por la cual no podemos publicar poemas cargados de
vacíos existenciales, porque solo estaríamos compartiendo palabras adornadas
con más palabras y no un poema en sí.
3. ¿El amor limita la capacidad
creativa? ¿El amor puede considerarse como una cárcel creativa?
Si hablamos exactamente de amor en
sí, no te limita, porque lo que hace el amor es florecer el ser. Y por eso
cuando una persona se enamora busca dar lo mejor de sí a la otra, y por ello
vemos que las personas cuando están en pleno cortejo brindan su mejor versión
para conquistar al ser querido o amada. Por eso podría decir que el amor ayuda
a florecer el ser y, por ende, también la creatividad; y por eso cuando uno
está enamorado quiere pintar flores y jardines por todos lados, con la
intención de poner sonrisas en los rostros de todos los que lo rodean, sobre
todo de esa persona que es la pareja. Pero, por otro lado, la realidad nos hace
ver que en sí el amor se ve amenazado por la fugacidad de la gente, motivo por
el cual el amor moderno se ha convertido en una acción de enamorarse y no de
amar, es decir, de una ilusión que los incita a aparearse como los animales,
solo que sin la idea de procrear, y por ende no se llega a experimentar la
intensidad ni la profundidad del amor en sí, logrando limitarse gracias a la
suciedad de la gente, al vacío existencial que existe en las personas que se
han transformado en un producto o cosa, un utensilio para el sentir, motivo por
el cual no se conocen para estar ni se saben para amar, es decir, casi toda
relación es superficial, porque la gente no profundiza en quién es la otra
persona, llevándose más de una sorpresa, esas que te desilusionan lo suficiente
como para hacer del dolor la fuente de la inspiración o el explosivo para la
creatividad, debido a que -al contemplar tanto sufrimiento y soledad en la
mayoría de la gente- lo que se hace al enamorarse es simplemente vivirlo, sin
detenerte a contemplarlo como para poder crear ni darlo a conocer a los demás,
por miedo a que la malicia de la gente te contamine, ya que la gente está casi
incapacitada para ver el arcoíris después de la tormenta, gracias a que existe
mucha confusión del amor con la falta de afecto, porque lastimosamente hay una
malformación del amor, la gente no sabe que amar es florecer, embellecerse,
crecer dando lo mejor de uno como también del otro, para juntos ir hacia un
camino, sin dejar de ser independientes, debido a que el romanticismo barato
nos ha pintado la idea masoquista del amor, esa que en Perú se traduce: “más me
pegas, más te quiero”, algo que lastimosamente no es amor, sino falta de amor,
de amor propio, porque en sí el amor está en uno, nunca está en el otro, jamás
podría estarlo, porque lo que uno encuentra en el otro es su amor, ese amor
propio que lo comparte con uno, por eso cuando dos personas se aman lo que se
hace es amar, entregarse amor. Y esta sería la razón más fuerte por la que uno
siente que el amor te corta la creatividad, porque lo que haces al amar es
entregarte al amor, por ende, no andas creando mucho que digamos, porque
prefieres vivirlo.
4. ¿Cómo actúa la represión política
en la mente de un escritor?
Alguna vez había oído decir que si
quieres callar a un escritor, poeta o artista contestario solo debes darle un
premio y verás cómo se le apaga la voz y se le muere la pluma. Cosa que hoy
puedo decir que es verdad, pero que aplica solo en los pajilleros mentales que
escriben porque quieren terminar como premio nobel, es decir, buscando fama
como los payasos en el circo de la vida o como los protagonistas de los reality
show, casi al estilo Laura Bozo. Aunque, no hay que olvidarse que el escritor
principalmente escribe porque se le da la gana, tanto que muchos podrían
responder como Kierkegaard: “escribo como me place y como se me antoja: ¡aquí
mando yo!”, simplemente porque le gusta y le apasiona escribir, además de
porque tiene talento para ello, logrando descubrir en su práctica que es bueno
para eso, debido a que tiene ideas o historias para transmitir según su forma
de ver o contemplar la vida y sociedad en determinado momento de su existencia
humana.
Por otro lado, sabemos que la
represión más notoria es el de no apoyar al desarrollo cultural como
corresponde, motivo por el cuál es casi imposible poder vivir del arte, aunque
este problema no solo es político, sino también social, porque lastimosamente vivimos
en una sociedad donde la gente, la masa, no solo es pobre del bolsillo sino
también del pensamiento, y esto nos hacen ver que la masa no solo es ignorante
sino también mediocre, porque existen “intelectuales”, personas con gran
cantidad de información almacena y no procesada, con títulos universitarios que
se cuelgan como un cartel que dice: “ahora sí podré ganar más para poder salir
de esta pobreza económica o para mantener mi estatus social”, porque
simplemente -como diría Pérez de Ayala en un prólogo que hizo para un libro de
Marañón-: “si un profesional no es más que un profesional es bien poca cosa”,
debido a que no trasciende, porque es incapaz de ir más allá de sí mismo, y con
estos nos cruzamos a diario y por montones, y son los que permiten que sigamos
siendo una sociedad tan paupérrima, esa misma que hace que la cultura siga
estando en un nivel inferior del desarrollo sociocultural, porque simplemente
la mediocridad no permite ver ni hacer el cambio que nos brinda la cultura, la
lectura, la filosofía, el arte, esos que de alguna forma siempre nos invita a
recordar sobre nuestra humanidad, por más que en los últimos tiempos exista una
gran deshumanización del hombre, razón por la cual no tengo esperanzas de que
el hombre (la humanidad en general) haya aprendido algo bueno de este
encarcelamiento mundial que existe por estos días, debido a que seguirán siendo
incapaces de contemplarse como personas: como reflejo de la humanidad, y solo
estarán desesperados por supervivir y sobrevivir, al punto de que veremos que
los que sobrevivan a la catástrofe del hambre y la enfermedad será gracias al
poder adquisitivo que tienen o simplemente a que tiene un buen grupo social,
ese que se reduce solo a un grupo de personas que se dan la mano, mismo partido
político o grupo religioso, realmente nada extraordinario.
5. ¿Quién o quienes son el enemigo de
la poesía?
Pienso que podríamos decir que la
gente que no está acostumbrada a la poesía y que la menosprecia al no leerla o
disfrutarla, pero he aprendido que si bien es cierto que la gente no está
acostumbrada a la poesía, también es cierto que no la comprenden debido a su
nivel cultural, como también gracias a los “poetas”, quienes realmente son los
principales enemigos de la poesía, porque son tan pajilleros mentales que
hablan cojudezas y medias en su poema, casi sin sentido y sin razón de ser,
simplemente porque muchas veces se endiosan y se creen los todopoderosos de la
palabra, pues se pintan de sabelotodo y encima de revolucionarios y no son más
que niñitos necesitados de afecto y, por ende, de aplausos, tanto que la gente
empieza a aborrecer la poesía con solo mirarlos, a tal punto de que para
justificar su mediocridad o ignorancia empieza a usar el pretexto elitista que
también suelen usar los mismo poetas: “la poesía no es para cualquiera”, algo
que discrepo absolutamente, porque en sí la poesía es una acción humana, una
acción mediante un texto escrito, un texto que es una reflexión o visión de las
cosas según el poeta, por ende, cualquier persona podría tener la capacidad de
hacerlo o leerlo, porque solo es cuestión de tener el conocimiento básico para
hacerlo o leerlo, es decir, conocer las palabras y sus interpretaciones para
poder traducir el poema a un lenguaje más sencillo, a ese lenguaje en el que se
podrá descubrir si el poema es un pajazo mental o un poema de verdad. Por eso,
finalmente, yo soy de la idea de que es importante leer poesía en las escuelas
si se quiere formar a los niños en más profunda sensibilidad humana, gracias a
su lectura, porque no todos tienen la costumbre de leer y la mejor forma es
incentivarles mediante la lectura de al menos un poema o dos o tres diarios.
6. ¿Quiénes son los aliados de la
filosofía?
Irónicamente diría que es el
pueblo, porque finalmente ellos son los que permiten que una ideología o
pensamiento filosófico perdure en el tiempo, como el comunismo, el capitalismo,
entre otros tantos ismos que nos han conducido erróneamente a una involución
humana, en vez de una evolución en sí, porque como ya dije atrás no hemos
aprendido a ser personas, sencillamente porque todavía seguimos siendo animales
domésticos; y mientras no superemos esta valla no podremos evolucionar como
corresponde a nuestra humanidad y, por ende, careceremos de conciencia, al punto
de que seremos incapaces de comprender pensamientos como el de Ortega que nos
dice “yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella, no me salvo yo”, o
el de Sócrates que le lleva a defender la verdad por encima de sí mismo, por
ese bien común que es la conciencia, el que Sócrates lo llamaría “el Dios que
habita en mí”, e incluso siendo incapaces de comprender hoy más que nunca las
palabras de Nietzsche: “Dios ha muerto, nosotros lo hemos matado”,
sencillamente porque el hombre en medio de su mediocridad, de su incapacidad de
ser persona, de “tener conciencia” -diría Hannah Arrent- “porque ha renunciado
a ser persona”, se ha convertido él mismo en Dios, para ser el que todo lo
puede, logrando arrojarnos a la miseria más grande de la historia, el puto y
miserable “individualismo (que no es otra cosa que el vacío yoísmo)” que
contemplamos hoy más que nunca, al ver cómo la gente solo habla las soluciones
desde su posición o bienestar y no desde el sacrificio para lograr el bien
común, ese bien común que nos permite alcanzar la conciencia, porque se va de
la mano con el derecho: ese que empieza cuando termina de otro y termina cuando
empieza de otro, colocándonos en igualdad a todos, tan igual como lo hace la
misma vida y muerte diariamente, simplemente porque somos tan ciegos que nos
hemos convertido en incapaces de ver las cosas simples de la vida, puesto que
andamos persiguiendo sueños que no son más que meros autoengaños del vivir,
porque quien es lo que son sus cosas simplemente no ha aprendido a ser quien es
en sí: persona, igual a todos, reflejo de la humanidad; motivo por el cual
observamos y contemplamos tanta injusticia a pesar de que se grita paz, solidaridad,
empatía, honestidad, verdad, y todo esto pasa porque estamos acostumbrados a
vivir nuestras vidas efímeramente, porque son vidas de autoengaño, donde la
persona desaparece para ser cosa, y por esa razón hemos caído en la práctica de
nuestra relación humana de desarrollo personal a utilidad, es decir, fulanito
me sirve para esto o el otro y, por ende, no me interesa quién carajo es
realmente, ni de dónde viene ni a dónde va, ni cuáles son sus cualidades
humanas o las cosas que no está gozando acorde a su dignidad humana, porque
simplemente me importa un carajo quién es realmente, sino para qué me sirve en
sí.
7. ¿Qué es el poder cultural y quienes
manejan ese capital?
Creo que aprovecharé esta pregunta
para manifestar algo que se me olvida dejar en claro, porque de lo contrario se
me volverá a olvidar por enésima vez, porque considero indispensable manifestar
que todo lo que digo es por uso de mis neuronas a través del análisis,
contemplación o cuestionamiento de la realidad y fruto de las cosas que
encuentro en ella; por tal razón, si alguien espera que les cite libros sobre
libros para sustentar mi pensamiento o idea de las cosas, lamento informarles
que soy un mal lector, tanto así que últimamente no leo casi nada, porque
cuando tengo la cabeza pensando y pensando, buscando reflexionar y analizar las
cosas del ser, no suelo interrumpir mi pensamiento con una lectura, porque
finalmente lo que hago es perder mi tiempo con el libro, debido a que lo que
hago al leer un libro en ese estado de pensamiento y reflexión es solo mirar el
libro y cuando una mira un libro no aprende nada, a pesar de que voy leyendo
cada palabra que encuentro en el texto, y esto sucede simplemente porque estoy
ausente de dicho acto, debido a que me encierro en mis pensamientos en búsqueda
de la mejor comprensión de las cosas por mí mismo y no porque lo digan los
otros; y esta es la razón por la que siempre termino citando a los mismo autores
y con las mismas citas en cada cosa que hablo del hombre como hombre, porque
considero que esas citas son pilares del conocimiento, ese conocimiento que te
permite comprender mejor nuestra humanidad, y por eso yo los considero como
dogmas de la humanidad, porque finalmente si comprendemos el hecho de ser
persona podríamos decir como Marañón: “que la bondad prevalece a la
inteligencia”, porque en sí la conciencia es bondadosa, porque trasciende, va
más allá de nosotros, gira en torno al derecho en sí, ese que te lleva al
deber, sin más ni menos y sin privarte de tus capacidades personales, y por eso
no solemos actuar de la misma manera con todos, a pesar que todos tenemos el
mismo deber y derecho.
Entonces, ahora que he citado lo
que pienso, también expresaré que finalmente ese es el poder de la cultura:
“tener pensamiento propio, sin despegarnos de las ideas universales, es decir,
sin alejarnos del bien común”. Por lo tanto, el poder de la cultura lo tiene
cada ser individual, cada ser que aprendió la belleza de ser persona y, por
ende, busca que las personas vivan en armonía, en igualdad de derecho; pero,
como es un grupo reducido, es difícil cambiar el sistema de vida de los
animales domésticos, porque simplemente se termina siendo un personaje casi aislado
para no perderse en la impotencia del fracaso, porque se fracasa intentando
crear un mundo digno para todos desde la soledad de nuestros pensamientos o la
compañía de unos pocos, porque finalmente esta es una tarea de todos, por ende,
es indispensable tener en claro que el conocimiento en sí no es cultura, porque
es la noción de la idea de algo, no la idea en sí misma de las cosas, por ende,
cuando se conoce se es incapaz de dar frutos buenos, al punto de que el
conocimiento se vuelve como un árbol infértil, puesto que termina dando frutos
podridos e inmaduros; y por esa razón observamos que, a pesar de existir en el
país un sinfín de actores culturales, todavía seguimos siendo un país bastante
mediocre, incapaz de tener conciencia social, algo que a estas alturas ya
deberíamos haber aprendido, porque se ha descubierto tanto sobre el hombre, su
comportamiento, sus capacidades o acciones humanas que no deberías ser seres
involucionados o animales domésticos, y por eso me es inconcebible que sigamos
teniendo una educación de adiestramiento, donde se moldee a la gente como si
fueran clones, sin llegar a desarrollar sus
habilidades personales para el bien personal como el de la humanidad.
Luego de esto podría decir que
quien maneja el capital cultural son las personas libres, dueñas de sí mismos y
con conciencia humana, no huamana, tonta o estúpida, como lo suelen tener algunos
agentes culturales e intelectuales aislados, pero como son minoría, como
especies en extinción, no se logra mucho, por no decir nada, tanto que cada vez
que siento el aliento de la gente con ese “consuelo de muchos, consuelo de
tontos” -creo que así respondería el dicho- me dan ganas de decirles que se
vayan al carajo, porque dicen que la cultura del país es así de vaga y corrupta.
Pero, por otro lado, tenemos a los que manejan el adiestramiento de animal
doméstico de la gente, esos que se comprenden desde las escuelas hasta las
universidad públicas y privadas, porque al final en una realidad tan paupérrima
de la humanidad del hoy las cosas son más de lo mismo, porque tienen una
gravísima y mala idea del desarrollo, puesto que el desarrollo real del ser
está ligado a la armonía con la naturaleza, quien finalmente tiene más poder
que nosotros, y ya lo hemos visto en estos últimos tiempos, porque por más que
el virus puede haberse creado en un laboratorio, la naturaleza es la que está
gozando con la ausencia de la peor peste de la historia: la humanidad, por eso
se renueva, se cura, se sana, se purifica en estos días en que el hombre de
mierda no la contamina.
8. ¿Cuáles son las diferencias
substanciales entre la costa y la sierra?
Si hablamos de temas culturales
puedo decir que la sierra es más culta que la costa y que está a millones años
luz que la selva, y esto es algo que he podido notar en mis viajes, porque los
niños de la sierra tienen mayor curiosidad o deseo de conocimiento, incluso han
desarrollado un amor por la lectura, tan bonito que no dejo de admirarme. Claro,
evidentemente no en todos los lugares de la sierra ha sido así, pero sí en
algunos determinados colegios o determinado grupos, tanto que si le quitáramos
los libros ellos tendrían una mayor cultura, porque son más respetuosos,
nobles, sencillos y un tanto más profundo, porque todavía no están contaminados
con el modernismo de la costa que también ya ha sabido unirse al “liberalismo” que
no deja de absorber a la selva, logrando el desarrollo de las zonas de forma
efímera, nada esencial en sí, vacíos de ser, motivo por el cual se puede
apreciar bastante ruido y vacío o soledad en ambos puntos, selva y costa,
porque la sierra todavía conserva muchos valores humanos, esos que ya hemos
perdido en la costa y selva, debido a que hay un mal conocimiento de la
libertad, ese que te coloca en un libertinaje que te cosifica y transforma en
superficial, al punto de que uno se siente casi cosificado, debido a que te
reducen a una acción humana y no a la persona que eres en sí, por ende,
considero que es muy necesario e importante revalorar a la sierra, claro, sin
dejar de eliminar ciertas prácticas humanas que están equivocadas o desfazadas,
como el machismo, los maltratos físicos, entre otras cosas más que existen en
los lugares donde todavía no ha llegado el desarrollo de la dignidad del hombre
postmoderno.
9. ¿Qué piensas del oficio del
maestro?
Si nos remontamos a mi pensamiento
de infancia, y que suele estar ligado al profesor Girafales y otros similares,
podría decir que es aquel que nos reproduce la información que tendríamos que
reproducir también a otros, logrando de ese modo ser un cadena de reproducción
de disco rayado, para seguir continuando con la vida cotidiana de todo animal
doméstico; pero, felizmente, en el último año de escuela descubrí a un tío muy
simpático, un tío que me llevó a cuestionarme la propia existencia humana y lo
que quería ser y hacer, logrando pasar de ejemplos como el tío cojudo que se
tira del moro para defender un pedazo de trapo o el pendejo que levanta las
armas para pelear por la dignidad del pueblo y que simplemente porque el pueblo
no adopta su idea de la revolución termina matando al pueblo, hasta ese viejito
que nos recuerda a nuestra curiosa y sabia infancia, donde nada se afirma, pero
que todo se pregunta, hasta terminar de ese modo comprendiendo que la gran deficiencia
de la educación es la malformación humana que se reparte en ella, debido a que
existe mucha ignorancia, mediocridad y limitación en los profesores, por parte
propia o la del colegio o gobierno en sí; y, por ende, ahora prefiero
orientarme en maestros como Sócrates, quien enseñó a sus alumnos o discípulos a
tener pensamiento propio, a descubrir por ellos mismos llegarían a descubrir la
verdad de las cosas. Y esto es algo que he podido observar que falta mucho en
el país.
Pero también, por otro lado, es una
gran labor la que realizando los maestros de estos tiempos, debido a que les
han quitado autoridad con la sobreprotección que se le ha brindado al niño,
logrando endiosarlo desde muy pequeño, hasta el punto de que ya no son
responsables de sus propios actos, cosa que lleva a los profesores a ponerles
una nota favorable, porque de lo contrario la culpa lo tiene el profesor y no
el alumno, y esto es algo que me ha llevado a contemplar que el maestro
necesita una paciencia de santo para poder lidiar contra esos pequeños demonios
de la sociedad irracional, razón por la cual yo no podría se maestro de niños
pequeños, porque mataría a dos niños por día, por eso en mis viajes prefiero
tratar con los adolescentes, aunque estos de por sí ya están malformados y un
momento de conversación y análisis no les ayuda de mucho, salvo que ese momento
sea el golpe que les impregne en el alma la necesidad de ser mejor, de un
cambia, cosa que no se logra así por así, porque ese momento depende de
sinfines de circunstancias.
En fin, pienso que es una gran
labor ser maestro, pero que no se les debería atar las manos con estúpidos
lineamientos de adiestramiento, y que, a lo contrario, deberían permitirles que
traten a los alumnos como lo que son: niños en desarrollo de sus capacidades
personales, no universitarios que tienen que llevar todas las materias
obligatorias porque es parte de la carrera, sino incentivarles a descubrir y
redescubrir las cosas por sí mismos, para que ellos decidan desarrollar sus
propias habilidades humana en bien de la sociedad, porque solo alguien que hace
lo que verdaderamente ama es capaz de afrontar el sacrificio de la lucha radical
contra la corrupción o deformación del hombre.
10. ¿Qué libro famoso de filosofía no
recomendarías? ¿Por qué?
En sí no prohibiría ningún libro,
porque en los últimos años he aprendido que uno puede ser el mejor escritor del
mundo, pero finalmente tu escrito no le sirve para nada mierda a muchas
personas, porque no son las palabras que esa persona está buscando para descubrir
o redescubrir su humanidad.
Bueno, lo que sí creo que haría es
prohibir leer libros como dogmas, porque un libro es la idea de alguien en
determinado momento, ya sea un pensador, filósofo, escritor, poeta o
simplemente un pajillero mental que quiso decir lo que se le venía a la cabeza
en determinado momento, como por inspiración divina, cuando en sí solo fue la
descarga del pensamiento o idea que ha madurado para salir de su ser como un
fruto o producto que quiere compartir con los otros.
Lima, 02
de abril de 2020 a las 01:56 horas
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