Wednesday, March 25, 2020

Luis Díaz Tercero - N° 5




SELFIE EN UN PROSTÍBULO NICARAGÜENSE

Me apena dejar mi sombra en la entrada
Abandonar mi intelecto de cordero
Mi castidad de huerto
Mi corbata
Su nudo
y la primavera del 96

Me adentro en una jaula repleta de frutas
Un ramillete de fantasmas camina de espaldas
Rodean la brevedad
Perfuman su sed con el aceite de otras aguas
Cosen la insania de otras puertas
y tras estas
abecedarios, olas, ciudades sin ombligo.

Diviso a una mujer
junto a un alegre vaso de tristeza.
La observo
Nos observamos
como dos palabras mudas
como se miran los gemelos con las luces apagadas
      con el temor a pestañear y luego no encontrarse.

Me acerco
    con la paciencia de una amapola

Y nos cortejamos como hienas.

Le narré la leyenda del Ahuashiyacu
Ella me ató un beso en la boca
                 luego me hizo pasar
tenía un poster de Fede Moura
              y yo pestañeé primero.





UN CUERPO PERDIÓ SU SOMBRA EN LOS CATETOS DEL CUMBAZA

Lima menstruaba cuando las palabras se cerraron en mi boca
a más de 969 km de mi partida de nacimiento.

Desperté a las 0430
     en la placenta de un río
Caminé entre avispas
pisando estiércol
         de niños que desabotonaron su infancia
sin recordar siquiera la textura de mi sombra
y su precio al contado en los rincones de Tacora.

Me dejé caer a las orillas del pan que no cicatriza.
Me jacté del silencio al pronunciar mi edad con la voz apagada.
Mordiendo el hambre de mis concubinas.
Arrojando la linfa de mi prematuro baluarte.

Yo vi florecer las lágrimas de la res.
Olí el pecado piedra por piedra
sin temor a voltear y golpearme con mi lengua antagonista.

Me prometí no creer en promesas mientras ataba mis pasadores
pero cayeron hojas de mi vista
                      hojas
                                de mi vista.

Yo era el niño con ojos de servilleta
pero ese es otro cantar
aquí el neón no te señala
ni te menta la madre.

Al lado de mis costillas quien sabe cuántos paraísos
No le temo al punto después del coma.
Quizá mañana coja un taxi verde
pues el Cumbaza no llega a la calle Berlín.




ZAÑA, 1983

Marujita
esta mañana
mientras hervías la leche
vi a los algarrobos descolgar su inocencia.

Cuentan los chivos
que aquella lluvia
es una fiesta triste
por eso es que el arrozal se durmió en el fango.

Quién es ese niño del que hablan los grandes?
A dónde se ha llevado mi zapallo Loche?

Tempranito me iré al campo.
Le diré al chilalo que he llorado.

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